Las familias que usan pañales de tela a veces se encuentran con algunos problemas. Los más habituales son: olores, fugas e irritaciones, y suelen tener el mismo motivo: una rutina de lavado que no funciona. Vamos a ver en detalle qué puede estar ocurriendo cuando tenemos estos problemas.

Olores

Compramos nuestros pañales, los empezamos a usar y al cabo de un tiempo… ¡Horror! ¡Los pañales huelen mal! Que no cunda el pánico. Es habitual. Muchas veces tendremos que probar diferentes rutinas hasta dar con nuestra rutina ideal. Lo primero es asegurarnos de que no estamos poniendo más o menos detergente del adecuado. ¿Cómo huelen los pañales? ¿Huelen a pipí o a caca al sacarlos de la lavadora? Entonces necesitas más detergente. ¿Huelen a amoniaco una vez el bebé los está usando? Entonces lo más probable es que debas rebajar la dosis. Los pañales deben salir de la lavadora sin oler a nada, ni a pipí ni a detergente.

Es recomendable comprobar la dureza del agua, porque también puede provocar olores. Si no tienes información sobre qué tipo de agua hay en tu zona, lo mejor es que hagas un test de dureza y salgas de dudas. ¿Tienes agua dura o muy dura? Debes añadir una pastilla de antical en el ciclo corto y otra en el ciclo largo. Si la dureza es media, puedes probar solo con una pastilla en el ciclo largo. El antical apto para pañales puede ser de la marca Calgón, Hipercor o Consum.

Si hemos tenido olores durante una temporada, será mejor hacer un decapado antes de corregir nuestra rutina de lavado.

Irritaciones

El motivo más habitual para que aparezcan irritaciones en la piel de la zona del pañal suele ser un exceso de detergente: el pipí entra en contacto con los restos de detergente acumulados en las fibras de los absorbentes y al descomponerse irritan la piel del bebé. La solución pasa por hacer un decapado de los pañales y ajustar la rutina: prueba con menos cantidad de detergente y con un aclarado extra para que los tejidos queden libres de restos. 

Otro motivo que puede alterar el equilibrio de la piel del bebé es la alergia o sensibilidad a determinados materiales. Las fibras sintéticas, además de que transpiran menos, pueden provocar reacciones alérgicas en algunos bebés. Hay muchos materiales sintéticos que son muy prácticos a la hora de usar pañales de tela, como el micropolar, el poliéster o la microfibra, pero son menos respetuosos con la piel del bebé que el algodón, el bambú o el cáñamo. Es interesante ir probando los distintos materiales y ver cuáles le sientan mejor. 

Otras veces las irritaciones o rojeces se deben a un mal ajuste. Si apretamos demasiado el pañal, el roce dañará la piel del bebé. Esto es frecuente en los muslos si el bebé gatea, ya que se produce fricción de la piel contra la tela. Es muy importante ajustar el pañal en la zona de la ingle como si se tratara de ropa interior, sin que queden huecos y sin que las gomas estén excesivamente tirantes. En la cintura, el ajuste debe dejar espacio a que podamos meter los dedos con facilidad entre el pañal y la barriguita del bebé. 

Fugas

Si el pañal con el que tenemos fugas es nuevo, lo más probable es que se trate de un problema de ajuste. Tenemos que recordar que el pañal nunca debe tapar el ombligo del bebé (si lo hace, utiliza los broches a presión del panel delantero del cobertor para disminuir la talla). En la cintura, una vez abrochado, debe quedar sitio para meter los dedos entre el pañal y la barriguita del bebé, y el ajuste entre las piernas debe quedar como si se tratara de ropa interior, bien pegado a las ingles, sin que queden huecos y sin que las gomas estén excesivamente tirantes.

Si el pañal con el que tenemos fugas es un pañal ya usado (bien porque lleva mucho trote o bien porque lo hemos heredado de otro bebé o comprado de segundo culito), lo mejor es revisar las gomas porque lo más probable es que estén un poco vencidas y ya no hagan el ajuste correctamente. A veces las gomas pueden sustituirse por unas nuevas, es una opción que merece la pena contemplar si el resto del pañal está bien. 

Si el ajuste es correcto y el pañal está en buen estado, lo más probable es que necesitemos corregir la absorción. Deberemos añadir un refuerzo. Los mejores son los de cáñamo, un material que nos asegura una óptima retención de líquido. Si tu bebé hace mucho pipí de golpe, es buena idea añadir encima de los absorbentes un inserto de microfibra (siempre cubierta de micropolar u otro tejido, porque irrita la piel del bebé en contacto directo). 

Otro motivo por el que podemos tener fugas es porque la fibra de los tejidos ha podido tupirse o impermeabilizarse por restos de minerales, cal o detergente. Podemos comprobar muy fácilmente si nuestros absorbentes se han impermeabilizado: toma uno en tu mano, vierte un poco de agua por encima y comprueba si se absorbe o no. Si no se absorbe, podemos hacer un decapado para que las fibras recuperen su capacidad de absorción.

Decapado, ¿qué es y cómo hacerlo?

Si llevamos mucho tiempo con una rutina que nos trae problemas deberemos hacer un decapado de pañales antes de empezar con los nuevos ajustes. El decapado también hay que hacerlo cuando compramos pañales de segunda mano

¿Qué es un decapado? Es un procedimiento por el que liberamos las fibras de los tejidos de sustancias (minerales, cal, restos de detergente) que han quedado incrustadas. Estas sustancias no solo provocan olores, también pueden provocar irritación en la piel del bebé y fugas o escapes por impermeabilización de los tejidos. Aunque suene complicado, es más fácil de lo que parece:

  1. Llenamos un recipiente grande con agua lo más caliente que salga del grifo. Puede ser una palangana o barreño, o la misma bañera.
  2. Por cada 6 litros de agua añadimos 3 cucharadas soperas de percarbonato de sodio (si tenemos agua dura también habremos de añadir una pastilla de antical).
  3. Una vez el percarbonato se ha disuelto en el agua (formará burbujas por la liberación del oxígeno), metemos primero los absorbentes. Cada media hora hay que revolver para que todos los tejidos se impregnen bien del percarbonato. Pasada la primera media hora, podemos añadir los todo en 1, ajustados y pañales de bolsillo. Los cobertores no es necesario meterlos.
  4. Los pañales que llevan PUL no deberían estar sumergidos más de una hora u hora y media. Así que transcurrido ese tiempo, los sacamos. Los absorbentes pueden estar varias horas, incluso toda la noche en remojo (aunque lo ideal sería ir removiendo a cada rato).
  5. Transcurrido el tiempo de remojo, los escurrimos (con guantes, el percarbonato irrita la piel) y ponemos una lavadora con todos los pañales SIN DETERGENTE a 60º, con aclarado extra (recuerda que si tienes agua dura tienes que añadir el antical).
  6. Cuando los saques de la lavadora los pañales han de tener un olor neutro y estar esponjosos*.

*Si el agua del remojo queda muy sucia, lavamos a 60º en ciclo largo y repetimos todo el proceso hasta que salga limpia (no hace falta que se sequen).

Podemos comprar percarbonato en Mercadona, no hace falta que sea de una marca en especial.